Mis coqueteos con la música nunca han llegado más allá de revolcones con algún tío de esos que se suben a los escenarios a aporrear algún instrumento. Tengo todos los cromos: bajo, guitarra, batería, piano... en una ocasión guitarra y batería en doblete y a la vez (soy una grande!) cantantes no, que a mi lo que me pone son los que aporrean instrumentos.
El caso, es que voy acumulando en casa guitarras y partituras de los hermanos y las amigas (músicos no, gracias, ellos tienen la suya) junto con otro montón de cosas para intentar hacerme rockstar, sin obtener nunca los resultados deseados (a pesar de que a veces llevo rockstar´s life style). Así que voy a probar algo un poco más primitivo, más instintivo, más viceral: VOY A APORREAR EL TAMBOR! en lo que termine los exámenes, voy a unirme a alguno de los grupos de batucada que hay en Alicante, a ver si con el sentimiento de pertenencia tribal consigo al fin sacarle un sonido amable al instrumento, apagar mi sed de hacer música y dejar de intentar tirarme al de la guitarra y las greñas, que a mis años, lo de groupie no sienta muy bien, es poco elegante!
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