El síndrome de Estocolmo

¿Es qué estamos secuestrados por nuestras ideas? No se por que, pero empieza a resultarme bochornoso el hecho de que muchos de nosotros nos pongamos tercos e inflexibles con el asuntillo de los idealismos, los valores con los que nos identificamos, o las máximas de las tribus urbanas a las que pertenecemos. Es una mezcla entre patidifusidad y naucea, encontrar a mis amigos cayendo en discusiones absurdas, defendiendo las ideas como si de un dogma se tratase, de manera literal e intransigente; cosa que otrora tenía adjudicada a personas faltas de criterio propio, que van repitiendo lo que oyen de otras sin ningún tipo de argumento en el que fundamentarlas, sólo por el hecho de que suenan bien...esto, sólo me ocurría con los tópicos clasistas, homófobos, xenófobos, racistas o sexistas, que tras largos años de acidez estomacal ahora me entran por un oído y me salen por el Orto... ¿Será qué estamos cayendo en la idiotez de tomarnos esta actitud como propia? ¿No se supone qué nuestras ideas comulgan? ¿Tanta es la necesidad de aferrarnos a nuestras ideas políticas (que son heredadas de otros) que sufrimos en nuestro comportamiento social del síndrome de Estocolmo?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Ché tía! ¡Qué pasa! He intentao escribir varias veces sabes?? ¡Qué pasa no lo consigo!, el medio virtual no es lo mío aunque de ello dependa mi sustento.
¡A esa votación debería añadírsele algo positivo!
Te aprovechas de mi falta de manejo... me vengaré.

Cuando te pongas cabezona ya te hablaré yo a ti de Estocolmo...

Te xerooooo bruixa.

Jzama.

Anónimo dijo...

Querida Alé! No puedo estar más en desacuerdo. Efectivamente nuestras ideas políticas son heredadas, del mismo modo que heredamos la sociedad en la que vivimos, con sus estructuras predeterminadas y su propia dinámica social, que nosotros, en cuanto individuos, no controlamos. La sociedad es anterior a nosotros y nos moldea a su manera, nos impone unos marcos culturales e históricos de los que no podemos salir. Pero a la vez, la historia es dinámica y ni las estructuras ni nuestras ideas permanecen iguales. Está claro que ideas-estructuras y sociedad-individuos tienen una relación compleja de desarrollo.

Todo este rollo lo suelto porque a menudo me da la sensación de que lo ideológico es equiparado con la idea de dogma o sumisión mientras lo desideologizado o apolítico es sinónimo de libertad. Esto es propio del individualismo ingenuo. Una farsa.

Otra cosa es que la gente se ponga intolerante cuando habla de estas cosas; habría que ver cuánto de una mala cultura política (heredada) es la que imposibilita una discusión argumentada con pluralidad de opiniones.

ABRAZO!

Joan

Alé! dijo...

ja- ja

Alé! dijo...

Querido Joan, tus apreciados comentarios no hacen más que dejar evidencia de lo brillante que eres; motivo (entre otros) por el cual sabes que tienes mi amor incondicional. Evidentemente yo carezco de muchísimo conocimiento en lo que a ciencias políticas se refiere; más patente aun es la profunda carencia de interés por dichas ciencias y más rotundamente carente de tiempo para hacer análisis de ellas y/o en ellas. Para eso te tengo a ti, hasta que se nos complique el chollo por tema de burocracia. Yo supongo que tú sabes que yo se que las ideas no son nuestras, que somos seres sociales y toda esa parrafada que tan elocuente como eres te has soltado en unas pocas líneas y en las que no voy a redundar para no arruinarlas. Yo sólo me quejaba (por sano vicio) de lo intransigentes y agresivos que podemos llegar a ser cuando “política” sale de nuestras bocas, aun cuando sea para hablar de la que se tiene para evaluar a los párvulos en la asignatura de plastilina. Supongo que dicho esto, sólo me queda decir que tu comentario no hace más que darme la razón, y este es otro de esos muchos motivos por los que te quiero, incondicionalmente